no permitas que deje de arder  mientras quede frío en esa piel  y sus lágrimas silentes se pierdan en el mar  que mi llanto navegue junto a ellas  no permitas, nunca, que se cansen sus brazos  que sostienen el pesar de mil instantes  con caricias de brisa dulce y entregada  en el silencio quieto de la tarde  no permitas que no pueda sostener  su arrojo tan humilde como poderoso  su ejemplo de belleza escondida  de glaucas olas que se apagan en la orilla  de belleza frágil e inmortal  tan imposible como injusta  no permitas que yo  que apenas tengo esta rabia derrotada  el suspiro de mi estupidez  no permitas que esta leve miseria mía  no ayude a sostener su dulce mano cuando tiemble  cuando el  mezquino destino de este cosmos  haga temblar su ser   no permitas que deje de arder   
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Si supiera contar lo que siento, cuando el viento suspira y la luz más temprana murmura suavemente su aliento, al eco de alguna voz lejana, que rebota entre las piedras, en las calles tranquilas. Da igual que sea ahora, la primera mañana o la tarde serena, si contemplo innúmeros aspectos, los átomos que juegan, dando forma a tu tempo, tan repleto de vida... ¡Cómo saber porqué! los colores que vibran luminosos, matices dentro de matices, mil destellos ardientes, encienden una rabia alegre en este pecho, mareas seductoras, ardientes de dulces besos al acecho. En tus besos borrachos de espuma, en tus ojos la luna, las estrellas danzando en el espejo y en los ríos las enormes distancias, del espacio y el tiempo, infinito en las pieles, las fronteras malditas, tan soberbias e ignaras, las montañas de puro silencio, el deseo y la forma, corriendo en pos del viento. Oh belleza terrible, si supiera contar lo que siento, la materia que mira, la materia que canta, la que empieza y acaba y alaba,...
La Fuente
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Dichoso brillo azul  espuma de mi llanto  el lugar de la música  habita en tu regazo y enciende mi quebranto. Mi frontera mi herida  mi desolado cosmos de besos sin medida  coses indiferente  con hilos de colores  sobre mi piel inerme. Las horas se queman en tus labios  apenas un mohín cuando dibujas  el salvaje perfil de las montañas el abrazo brutal de la tormenta  con tu lápiz sonríes  si bebes el licor intenso y sucio  el cáliz de nuestras derrotas  dulce besas y allí  dichosa fuente mía  donde habitan tus besos  mueren mis cicatrices. Tu lengua de agua me aniquila murmurando en el viento la danza que amo tanto y apenas pestañeas  cuando me extravío  me besas con tu llanto.